Aumentar la circularidad de los embalajes: ¿puede ayudar el reajuste del cálculo de las tasas de reciclaje?
Los sistemas de RAP pueden hacer avanzar la economía circular, pero deben diseñarse de forma adecuada. TOMRA ha establecido cinco principios de diseño de sistemas de RAP de alto rendimiento. Esta serie examinará en profundidad cada uno de estos principios. Primero: circularidad
Durante décadas, era habitual estimar las tasas de reciclaje de los embalajes en función de los volúmenes o pesos enviados a las plantas de recuperación de materiales (MRF, por sus siglas en inglés), en lugar de la cantidad de ese material que realmente podía reciclarse. Este método hacía parecer que los esfuerzos por aumentar el reciclaje iban en aumento, pero la verdad es que solo una pequeña fracción de los materiales de embalaje se reprocesa realmente en nuevos productos de calidad similar. ¿Podría este planteamiento hacer más mal que bien al perpetuar los mitos sobre el reciclaje?
La reciclabilidad depende en gran medida de las circunstancias locales, como la infraestructura existente para recoger, clasificar y reciclar los residuos. Para mejorar las tasas de reciclaje, el embalaje debe seguir las directrices generales de diseño para el reciclaje (DfR, por sus siglas en inglés). Incluso cuando los componentes del embalaje son totalmente reciclables, la composición de los residuos puede dificultar la clasificación efectiva en las MRF. Por lo tanto, las decisiones tomadas en la fase de diseño del embalaje desempeñan un papel fundamental a la hora de determinar su potencial para recuperarse y devolverse a la cadena de suministro, reemplazando en última instancia a los materiales vírgenes. Aunque todavía no existe una norma a escala global, en distintas regiones han surgido varios recursos gratuitos para diseñadores. Por ejemplo, la Design Guide Overview (Guía de diseño general) de la Association of Plastic Recyclers (Asociación de recicladores de plásticos) y la Circular Design Guide (Guía de diseño circular) de la Fundación Ellen MacArthur e IDEO.
Incluso en los países más avanzados en actividades de reciclaje, una parte significativa de los materiales de embalaje se desechan mediante incineración (con o sin recuperación de energía) o en vertederos porque el embalaje no se diseñó para su recuperación. A medida que los embalajes se han ido tecnificando, a menudo presentan múltiples materiales o capas, lo que añade complejidad al proceso de reciclaje. Por ejemplo, en el caso de los vasos de yogur de plástico con fundas de papel extraíbles y sellos de papel de aluminio, los consumidores no siempre los separan antes de depositarlos en el contenedor de reciclaje.
A escala mundial, la circularidad de los embalajes aún tiene un largo camino por recorrer. Un nuevo informe de The Last Beach Cleanup reveló que las tasas de reciclaje de plástico en los Estados Unidos han disminuido del 8,7 % a cerca del 5 % en los últimos cuatro años. Aunque las tasas de reciclaje en los Estados Unidos están en gran medida estancadas, algunos países están progresando de forma más rápida. Los ambiciosos objetivos de la Directiva sobre plásticos de un solo uso de la Unión Europea están impulsando el cambio en todo el sistema, reduciendo los residuos y aumentando la circularidad con políticas bien diseñadas que conducen a la puesta en marcha de sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP) de alto rendimiento para los embalajes.
Responsabilidad ampliada del productor (RAP): imprescindible para la circularidad de los embalajes
Una política de RAP eficaz respalda el establecimiento de sistemas que priorizan una jerarquía de los recursos, incentivan el diseño ecológico y utilizan protocolos de medición fiables. Crea un marco que reduce la dependencia de materiales vírgenes haciendo hincapié en la eficiencia y la calidad de los recursos.
La jerarquía de los residuos es una norma aceptada a escala internacional cuyo objetivo es mantener los materiales en su uso más elevado y óptimo estableciendo un orden de opciones de gestión de residuos de mayor a menor preferencia en función del impacto ecológico y social. La jerarquía de los recursos de TOMRA amplió este concepto para dar prioridad a los métodos que emplean los procesos menos intensivos en carbono y diferenciar entre el reciclaje de ciclo abierto y el de ciclo cerrado. Para garantizar que los materiales se conviertan continuamente en nuevos productos de la misma aplicación o similar, los sistemas de reciclaje de circuito cerrado (por ejemplo, de botella a botella) ofrecen la oportunidad más sostenible de aumentar la circularidad más allá de la reutilización.
Como guía para el diseño de un sistema de RAP, la jerarquía de los recursos de TOMRA ayuda a los responsables políticos a establecer definiciones y objetivos, y medir el rendimiento. En la práctica, el reciclado en circuito cerrado está aún en una fase inicial, con el tereftalato de polietileno reciclado (rPET) al frente de los envases de plástico sostenibles. Mientras que el reciclaje de ciclo abierto, como la fabricación de fibras para prendas a partir de botellas de agua, disminuye nuestra dependencia de los recursos vírgenes, no se dispone de la posibilidad de mantener los materiales en su máximo nivel y mejor uso, y ofrece menos beneficios medioambientales que el reciclaje de ciclo cerrado.
Si los materiales de envasado postconsumo se siguen procesando pero no se devuelven a la cadena de suministro, se crea un cuello de botella para la economía circular. Por lo tanto, es fundamental que los planes de RAP establezcan claramente lo que cuenta y lo que no cuenta para los objetivos de reciclaje. El artículo técnico de TOMRA, EPR Unpacked - A Policy Framework for a Circular Economy (Marco de políticas para una economía circular), analiza los diferentes planteamientos para el cálculo de las tasas de reciclaje. Si bien los objetivos se pueden establecer y medir en diferentes puntos de la cadena de valor, sobre todo en la recogida, la clasificación o el reciclaje, el punto de cálculo para respaldar el progreso real debe estar lo más cerca posible del paso final del reciclaje.
En lugar de estimar las tasas de reciclado basándose en la cantidad de material clasificado para reciclar, el punto de cálculo recomendado por TOMRA refleja el volumen de material enviado para su reprocesamiento. Según el material, éste podría ser el punto previo a su envío para la refundición, extrusión, despulpado, etc. Esto garantiza que la contaminación, las pérdidas antes del tratamiento y los residuos no se incluyan en las cifras de rendimiento del reciclaje. Además, este punto de partida ayuda a los responsables políticos a ofrecer transparencia a la opinión pública y a transmitir la posibilidad de un sistema para reciclar los materiales de embalaje recogidos.
Si desea obtener información más detallada sobre las ventajas e inconvenientes de los distintos métodos de cálculo, descargue el artículo técnico gratuito.
Impulsar la circularidad con contenido reciclado y ecodiseño
En los últimos años, numerosas jurisdicciones y empresas han aplicado políticas de economía circular y la demanda de contenido reciclado ha aumentado considerablemente. Las tarifas de RAP ecomoduladas pueden incentivar la reciclabilidad de los envases y el porcentaje de contenido reciclado. Estas medidas hacen que las opciones de clasificación más altas en la jerarquía de los recursos sean más atractivas económicamente que las opciones de clasificación más bajas.
Al recompensar económicamente a las empresas que utilizan contenido reciclado en sus embalajes, los planes de RAP ayudan a reducir la dependencia de materiales vírgenes y permiten la circularidad. Francia es un excelente ejemplo de fomento del diseño ecológico a través de su método «bonus-malus» como parte del programa de RAP para los embalajes. Cuando los fabricantes integran contenido de reciclado posconsumo (PCR, por sus siglas en inglés) en sus embalajes, pueden obtener un bono de hasta el 50 %, lo que reduce su contribución financiera al sistema.1 Además de las tarifas básicas de RAP, las empresas reciben penalizaciones por embalajes que interfieren con los procesos de reciclaje y se recompensan por embalajes que cumplen con las pautas de clasificación.
Como parte de una estrategia de diseño ecológico, la incorporación de contenido reciclado desempeña un papel importante, ya que estimula directamente la remanufactura eficaz de recursos en nuevos productos. Los mandatos de PCR son la mejor manera de lograr la circularidad y evitar eficazmente las emisiones excesivas de gases de efecto invernadero (GEI) causadas por la producción primaria. Además, los sistemas de RAP con objetivos obligatorios de contenido reciclado son elementos clave para crear seguridad en el mercado y estimular la inversión.