Cinco maneras en que la economía circular disminuye los residuos y aumenta el valor para las personas y el planeta
La economía circular está transformando la forma en que usamos y reutilizamos los recursos, reduciendo los residuos y cambiando nuestras vidas en una dirección más sostenible. He aquí cinco ejemplos de economías circulares que están transformando industrias y que ya están en marcha en todo el mundo, incluidos los sistemas de depósito de envases para el reciclaje en circuito cerrado.
1. Moda circular
La empresa emergente de moda MUD Jeans comenzó a partir de una pregunta sencilla: ¿y si limpiáramos nuestro propio desastre? En 2013 introdujeron una forma de hacer los vaqueros más sostenibles, desafiándose a sí mismos a diseñar sus vaqueros para ser 100 % reciclables.
La economía circular va más allá del uso de materiales reciclados en los productos: requiere una revisión de toda la cadena de valor de un producto, toda su vida útil, para abordar los problemas medioambientales de la producción y el consumo.
MUD Jeans adoptó un enfoque innovador: alquilar vaqueros en lugar de venderlos. Por lo general, el concepto de «economía compartida» es circular, debido a que se centra en el acceso y la asistencia en lugar de en la propiedad. La aplicación de este modelo de negocio permite a MUD Jeans conservar la propiedad de los vaqueros, manteniendo así su producto dentro de su ciclo de fabricación. Eso significa que pueden recuperar un par de vaqueros y convertirlos en vaqueros vintage o deshacerlos para crear nuevos hilos. Al asumir el papel tanto de productor como de reciclador de vaqueros, amplían su propia responsabilidad y su capacidad para garantizar una moda más circular. También utilizan tintes menos nocivos en la producción y reciclan el 95 % de sus aguas residuales.
En un caso de colaboración entre productores y recicladores por separado, la marca de calzado Timberland se ha asociado con el fabricante de neumáticos Omni United para utilizar el caucho de los neumáticos en la fabricación de suelas de zapatos. El proceso de fabricación del caucho implica extraer látex de los árboles de caucho, por lo que su innovadora forma de reutilizar el caucho ha sido elogiada por frenar la deforestación mundial y reducir los costes de fabricación de Timberland.
2. Sistemas de depósito, devolución y retorno
Cada año se producen unos 1,4 billones de envases de bebidas. Se trata de una cantidad enorme de material de calidad que puede reutilizarse o reciclarse. Gracias a los sistemas de devolución de depósitos, muchos envases de bebidas desechados se limpian, se vuelven a procesar en pequeñas piezas de materia prima y se convierten en botellas y latas nuevas.
Los sistemas de depósito, devolución y retorno recompensan el reciclaje incentivando económicamente a los consumidores para que se deshagan de sus envases de forma sostenible. Estos sistemas funcionan añadiendo un depósito adicional al precio de una bebida, que se reembolsa a los consumidores cuando devuelven los envases vacíos para su reciclaje, a menudo en una máquina de vending inverso. Gracias a la automatización del proceso de recogida, la clasificación y la devolución de los depósitos de los envases de bebidas, lasmáquinas de vending inverso hacen que el reciclaje sea rápido y económico.
Es importante destacar que este proceso de separación de los envases de bebidas de otros tipos de residuos mantiene los envases libres de contaminación, un problema común en el reciclaje doméstico. Esto es clave porque los productores de plástico necesitan saber que el material reciclado es seguro para el contacto con los alimentos: el reciclaje en las máquinas de vending inverso implica que los envases tengan más probabilidades de convertirse en botellas y latas nuevas, en lugar de infrarreciclarse o depositarse en vertederos.
Los sistemas de depósito, devolución y retorno son fundamentales en la arquitectura de un ciclo en el que las botellas y latas usadas se convierten en envases de bebidas nuevos. Los envases pueden reciclarse una y otra vez en un ciclo continuo, en un claro ejemplo de economía circular. Reduce la dependencia de la extracción de combustibles fósiles para la creación de nuevos envases y también ahorra la energía necesaria para este proceso. TOMRA, líder mundial en vending inverso, denomina a este proceso «reciclaje de circuito limpio».
3. Productos para el hogar
La marca de limpieza doméstica Method utiliza botellas de plástico antiguas para crear nuevos embalajes para sus productos. Gran parte de sus embalajes están hechos de botellas de plástico que han terminado en el océano y han sido recogidas por voluntarios en Hawái, y se han diseñado para su máxima reciclabilidad. Los ingredientes de sus productos de limpieza también son biodegradables y no tienen un impacto nocivo en las vías fluviales.
No solo los productos de Method buscan ser circulares, sino también la producción: el 99 % de los residuos de las plantas de Method se reciclan o reutilizan de alguna manera. El objetivo de la empresa es llegar al 100 % mediante el aumento de la capacidad de compostaje y reciclaje en sus plantas de producción y evitando, en primer lugar, los materiales difíciles de reciclar. Además, el tejado de la fábrica de Method en Chicago alberga un invernadero de unos 7000 metros cuadrados que se prepara para producir 500 toneladas de productos frescos sin pesticidas anualmente para la comunidad local y los restaurantes de los alrededores.
Royal Auping, empresa neerlandesa fabricante de colchones y camas, está a la vanguardia de la economía circular en los Países Bajos, con la meta de lograr procesos de producción en los que se reciclen todas las fibras. Su fábrica puede reciclar los colchones usados y convertirlos en nuevos. Royal Auping fabrica productos 100 % reciclables y ha reducido el consumo de agua en un 60 % y el consumo eléctrico en un 30 %, y, al centralizar su producción, ha logrado reducir 120 000 kilómetros en transporte al año.
4. Comer sin generar residuos
La empresa emergente escandinava Too Good To Go tiene una aplicación para ayudar a eliminar el desperdicio alimentario. En el mundo, alrededor de un tercio de los alimentos producidos se pierden o tiran cada año. Aunque los residuos alimentarios pueden utilizarse para cualquier cosa, desde combustible hasta textiles, para tener un impacto positivo, los alimentos que aún son comestibles deben comerse.
Too Good To Go pone en contacto a restaurantes y tiendas de comestibles de 10 países con personas que pueden adquirir alimentos que, de otro modo, se habrían desperdiciado. Por un precio rebajado, la gente puede ir a una tienda a la hora del cierre para «salvar» alimentos que los establecimientos no pueden guardar para el día siguiente. Esta es una de las muchas iniciativas diseñadas para interceptar los alimentos antes de que se desperdicien y aprovechar al máximo nuestros recursos comestibles.
Caf de Ceuvel en Ámsterdam Noord es un café innovador que se esfuerza por que cada plato que sirven tenga un impacto positivo en algún otro lugar. La zona que rodea el café está formada por viejos barcos desechados convertidos en espacios de co-working y salas de exposición. Además de energía solar, invernaderos y materiales de construcción de segunda mano, de Ceuvel filtra las aguas residuales de los fregaderos con plantas, e incluso recicla el contenido de los inodoros de los espacios de trabajo y la cafetería para convertirlo en abono para el cultivo de alimentos.
La cafetería se encuentra en un suelo arruinado por un siglo de actividades industriales contaminantes. En lugar de diluir la suciedad con tierra mejor, es decir, trasladar el problema a otro lugar, la comunidad utiliza plantas que absorben estos contaminantes a través de sus raíces. Al fusionar la naturaleza y la tecnología, de Ceuvel aplica el pensamiento de la economía circular a todo su ecosistema, cerrando sus circuitos de recursos y extrayendo valor y nutrientes de lo que muchas personas ven como residuos.
5. Producción de azúcar
British Sugar, en Norfolk, no es solo una fábrica de azúcar. Suministran 420 000 toneladas de azúcar al año a partir de remolachas cultivadas en todo el este de Inglaterra, pero también producen 12 productos diferentes que venden al mercado, desde alimentos para animales y humanos hasta productos químicos valiosos.
Cuando llegan a la fábrica tres millones de toneladas de remolacha al año, hay que limpiarlas antes de procesarlas para obtener azúcar. En lugar de que la tierra y la piedra sean un problema, British Sugar vende estos «residuos» para otros fines industriales con un volumen de 150 000 toneladas al año. Su planta de Wissington también alberga la primera planta de combustible de bioetanol del Reino Unido, que produce alrededor de 55 000 toneladas de combustible renovable a partir de jarabe de azúcar. Esto hace que British Sugar sea más resistente a los cambios en el mercado, ya que puede suministrar tanto alimentos como biocombustibles desde su producción agrícola, lo que equilibra el debate tradicional entre «alimentos y combustible», ya que estos dos productos pueden estar en conflicto potencial cuando se utilizan las tierras cultivables para producir combustible en lugar de alimentos.
British Sugar también es el principal proveedor de productos de encalado en el Reino Unido, que se utilizan para gestionar la acidez del suelo para la agricultura. El producto también cumple con los estándares para la producción orgánica de alimentos. Otros coproductos son productos químicos derivados del azúcar de remolacha que se utilizan para alimentar a los peces y tomates cultivados en invernaderos propios que aprovechan el CO2 y el calor sobrantes de la planta azucarera.
Aunque no es una empresa tecnológica, British Sugar utiliza la comprensión de los flujos de energía y materiales para seguir mejorando su sistema, teniendo en cuenta el conjunto de su producción para aprovechar al máximo todos sus recursos. La forma de trabajar de British Sugar se vuelve circular al incorporar sus subproductos, que antes se consideraban residuos, en nuevos usos y procesos.
La población mundial alcanzará los 10 000 millones en 2050. Mientras tanto, los recursos naturales del mundo se están utilizando a un ritmo cada vez mayor, lo que hace que sea fundamental para nosotros encontrar nuevas formas sostenibles de fabricar (y rehacer) nuestros productos. No se trata solo de una cuestión medioambiental, sino también de la sostenibilidad económica, tanto en términos de eficiencia de recursos como de reducción de costes. La sociedad utiliza actualmente recursos equivalentes a 1,7 planetas cada año. ¿De dónde vienen esos otros 1,7 planetas?
Estos ejemplos muestran cómo la economía circular puede ayudar a afrontar retos acuciantes en una amplia gama de industrias. La lógica de la economía circular funciona para todas las industrias y esperamos ver muchos más ejemplos en los próximos años.
El reciclaje de circuito limpio de envases de bebidas es un paso importante para reducir los residuos y hacer uso de materiales valiosos que, de otro modo, podrían acabar en la naturaleza, donde causan mucho daño. Descubra qué hace TOMRA para ser líder en el reciclaje circular y de circuito cerrado de estos envases.